(English version here). Nos despertamos con esta hermosa vista en el primer día de nuestro segundo viaje a Quito. Nos dirigimos al Parque La Carolina para nuestra primera entrevista del día, con el cineasta ecuatoriano Manolo Sarmiento, más conocido por su documental “La Muerte de Roldós”. Esta obra maestra de una película trata sobre la misteriosa muerte de Jaime Roldós, quien fue presidente de Ecuador desde 1979 hasta su muerte en un accidente de avión, dos años después.
Jaime Roldós se dio a conocer por su firme postura sobre los derechos humanos. En su breve mandato, se redujo la semana laboral a 40 horas, se duplicó el salario mínimo y se propuso una Carta de Conducta con Venezuela, Colombia y Perú, en la que se reafirmaron los principios de la justicia universal y los derechos humanos. En una era en la que la mayoría de los países de América Latina estuvieron bajo dictaduras militares, Roldós se convirtió en una brújula moral para la región, antagonizando a los gobiernos militares vecinos y saliendo de su camino para revelar la evidencia de las “guerras sucias” en varios países.
En un incidente ampliamente reportado en una cumbre internacional en Colombia, Napoleón Duarte de El Salvador (un dictador apoyado por E.E.U.U.) acusó a Roldós de ser joven y sin experiencia, a lo que Roldós respondió: “Puedo ser inexperto, pero mi gobierno se encarama en una montaña de votos populares, mientras que el suyo se alza sobre una montaña de cadáveres”.
El accidente en el que murió Roldós no dejó ningún sobreviviente: junto con el presidente murieron la Primera Dama Martha Bucaram, el Ministro de Defensa y su esposa, así como dos de sus colaboradores y otros tres pasajeros.
El autor y activista norteamericano John Perkins, en su libro “Confesiones de un Sicario Económico”, llega a la conclusión de que Roldós fue asesinado por el gobierno de los E.E.U.U., supuestamente por una bomba situada en una grabadora, porque su plan para reorganizar la industria petrolera habría amenazado los intereses de los E.E.U.U. Apenas unos meses después de la muerte de Roldós, el líder de Panamá Omar Torrijos, que había estado en desacuerdo con los E.E.U.U. sobre el control del Canal de Panamá, murió en otro accidente de avión, percibido por algunos como un asesinato llevado a cabo por la C.I.A.
Manolo es una gran persona para hablar de la historia, por lo que también hablamos con él sobre el levantamiento indígena de 1990, un evento que cambió para siempre al país. Después de aquel día de las acciones masivas en ciudades de todo el país, los pueblos indígenas del Ecuador ya no podían ser ignorados.
CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), organizó el levantamiento con 16 demandas, entre ellas:
- Una declaración pública de que Ecuador es un país plurinacional (para ser ratificado por la Constitución)
- El gobierno debe otorgar tierras y títulos de tierras a las nacionalidades
- Las soluciones a las necesidades de agua y de riego
- Las actividades artesanales comerciales libres.
- Oficialización de la medicina indígena.
- El gobierno debe otorgar fondos para la educación bilingüe
- El respeto a los derechos del niño
Temprano en la mañana del 4 de junio de 1990, miles de ecuatorianos indígenas bloquearon las vías de acceso a las capitales de siete provincias con rocas y árboles. También bloquearon las rutas a Quito y cortaron los viajes a lo largo de la carretera Panamericana.
El suministro de alimentos a las ciudades fue cortado y el país se cerró durante una semana. La mayoría de las acciones indígenas fueron pacíficas, a menudo incluyendo el baile y la música, que resultó desconcertante para las fuerzas de la policía.
El levantamiento causó tal interrupción del comercio federal y del orden social que el gobierno cedió y se reunió con los dirigentes de la CONAIE. Aunque el movimiento no ganó para los pueblos indígenas tanto terreno en materia de reforma agraria, sacudió la base de poder de la élite blanca del Ecuador. “Fue a causa del levantamiento que empezaron a reconocernos como personas, como seres humanos, y que teníamos una voz y podíamos tomar medidas”, comentó Norma Mayo de la CONAIE.
El levantamiento también provocó una ola de simpatía entre la clase media urbana. “Me encanta la parte indígena de mí”, fue pintado en muchas paredes en Quito.
Durante las próximas dos décadas, la CONAIE encabezó una docena más de levantamientos y movilizaciones. Elección tras elección, los indígenas ecuatorianos tomaron cada vez más poder en los gobiernos locales – lo que había sido impensable antes del levantamiento de 1990.
Hoy, en 2014, como las políticas extra-activistas del gobierno amenazan el medio ambiente y los derechos humanos en un grado cada vez mayor, la resistencia está creciendo. Hablamos con Manolo acerca de la importancia de aquel levantamiento y sobre si la explotación petrolera podría provocar un evento similar en la actualidad.
Terminamos haciéndole a Manolo la pregunta que nos hacemos todos: “¿Cómo puede la gente de todo el mundo apoyar la lucha para salvar el Amazonas de la explotación petrolera?”. Esto es lo que dijo: